El creer que la naturaleza es inagotable constituye un error ampliamente difundido.
Si valoramos ampliamente el papel, en último extremo decisivo, de los aparatos ideológicos del Estado capitalista, se infiere que darles la vuelta, no obstaculizando sino favoreciendo los procesos en curso, es una parte capital de toda estrategia revolucionaria moderna.
Por bien que uno hable, si habla en demasía acabará diciendo alguna necedad.
El mundo ha honrado en demasía a los críticos, y los ha tomado por hombres de mucho mayor empaque del que realmente tienen.