No hay placer que no tenga por límite el dolor, que con ser el día la cosa más hermosa y agradable, tiene por fin la noche.
Aquella Eva que un día se descubrió a sí misma con horror completamente desnuda a la sombra del árbol de la ciencia ha tenido que darse una vuelta por toda la historia para poder volver al paraíso llena de fascinación con liguero de encaje.