Los celos personales, el resentimiento del gazmoño contra el primo despreocupado, del tonto contra el muchacho despabilado, se disimulaban con argumentaciones políticas.
El demonio entiende. ¡Es un ángel! El que no entiendes eres tú. Que no entiendes ni de gracia, ni de pecado, ni de infierno, ni de gloria. No entiendes una palabra. Aceptas la tentación creyendo que eso merece la pena. Has hecho el primo de la manera más lamentable y más vergonzosa.
Qué claro y sencillo se vuelve todo, cuando se abren los ojos hacia el interior, a condición desde luego de previamente haberlos asomado afuera, para mejor gozar del contraste.
Es difícil mantener la ambición del Barcelona. No es sencillo ganar todos los años, el tercero, el cuarto, no sé qué hace Guardiola que tiene a todos los jugadores contentos. Encuentra sitio a todos, además maneja la cantera.
No hay nadie más supersticioso que un hombre ateo.
El miedo lo vuelve a uno supersticioso