Llevamos luz dentro de nosotros, en el cuerpo, en el corazón y en la mente. Sobre todo, la luz de la mente nos permite comprender los procesos de la naturaleza y penetrar en lo íntimo de las personas, hasta en el misterio luminoso de Dios.
El poeta se asoma a la alberca del poema y ve el mundo reflejado a su alrededor; toma conciencia de su existir y accede al espacio íntimo del ser. Todo lo que el poema puede lograr es que esa experiencia llegue a ser compartida por los lectores. Pero no garantiza que algo cambie.
... una ciudadanía informada es el único depositario verdadero de la voluntad pública.
El depositario del poder siempre es impopular