Ante la obligación de decir también algo sobre mi carácter y mi temperamento, el más indulgente de mis lectores no será ni el menos sincero ni el más falto de ingenio.
La censura es indulgente con los cuervos, pero no da cuartel a las palomas.
Una esperanza un huerto un páramo una migaja entre dos hambres el amor es campo minado un jubileo de la sangrecáliz y musgo, cruz y sésamo pobre bisagra entre voraces el amor es un sueño abierto un centro con pocas filiales un todo al borde de la nada fogata que será ceniza
En una ocasión, a diez vueltas del final, ¡casi me duermo! Me distraje, mi nivel de concentración bajó un poco y tomé la curva tres demasiado abierto