El destino, el azar, los dioses, no suelen mandar grandes emisarios en caballo blanco, ni en el correo del Zar. El destino, en todas sus versiones, utiliza siempre heraldos humildes.
Cuando estoy de vacaciones o en mi barco, estoy con el correo electrónico todos los días. Yo siempre estoy merodeando alrededor de Internet en busca de lo que nuestros competidores están haciendo