La inocencia no suele ruborizarse
La mayoría de la gente se avergüenza de la ropa raída y de los muebles destartalados, pero más debería ruborizarse de las ideas nocivas y de las filosofías gastadas.
Jubilosos de abochornar el peligro a bofetadas de coraje, hubiéramos querido secundarlo con la claridad de una fanfarria y la estrepitosa alegría de un pandero, despertar a los hombres, para demostrar qué regocijo nos engrandece las almas cuando quebrantamos la ley y entramos sonriendo en el pecado.
¿Hasta cuándo, les preguntamos, señoras y señores legisladores, vamos a permitir que nos sigamos matando para atajar el tráfico de drogas hacia un país que invierte más en su consumo que en educación superior?
Se debería atajar el problema de la distribución por Internet. Estados Unidos confecciona una lista con los países más deficientes en cuanto a propiedad intelectual y España es el único país europeo. Eso no es positivo
En todas las lenguas del mundo hay un mísmo dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. Pues yo afirmo que no hay nada más falso que eso; cuánto más lejos, más cerca del corazón están los sentimientos que intentamos sofocar y olvidar
El amor es de la misma esencia que el alma humana. Como ella, es una chispa incorruptible, indivisible e inmortal. Es un fuego que llevamos dentro y que nada puede sofocar ni apagar