Puede parecer contraproducente argüir que la felicidad y los negocios tienen algo que ver entre sí, pues para la mayoría de las personas, el trabajo en el mejor de los casos, es un mal necesario, y en el peor, una carga. Sin embargo, ambas cosas están inextricablemente unidas.
Yo he indicado al congreso la necesidad de defender la República, haciendo la guerra en el Perú, y ahora no debo insistir en alegar otras razones que las que expone el Libertador
No me interesa exponer mi vida privada a la gente. Creo que soy un artista transparente, de esos que cuelga la ropa en el frente y esas ropas son mis canciones, con ellas pueden descubrir toda la intimidad, mi alma al desnudo
Puedo no aceptar la concepción pedagógica de este o de aquella autora y debo incluso exponer a los alumnos las razones por las que me opongo a ella pero, lo que no puedo, en mi crítica, es mentir.
Un día razoné, al otro decidí razonar de nuevo, el tercer día me dije: La verdad duele.
De la imposibilidad de razonar fue de donde nacieron las artes, el apólogo, etcétera. Es asimismo de la ineptitud de razonar o del hastío de razonar sin descanso de donde nacen, en las almas vivas, la poesía, la elocuencia, las metáforas, etcétera. He aquí, sin la menor duda, una gran cualidad.
Yo respeto cualquier opinión de cualquier persona o institución en el mundo, pero tengo el mismo derecho a replicar cuando creo que están mintiendo o que están hablando la verdad a medias o que se sustentan en mentiras para hacer acusaciones permanentes contra Venezuela
La manera más desagradable de replicar en una polémica es la de enojares y la de callar, pues el agresor interpreta ordinariamente el silencio como un desprecio.
¿Pero acaso - podríase objetar desde luego- renuncia un partido revolucionario a ejercer presión sobre la burguesía y su gobierno? Evidentemente, no.
El que dice que todo acontece por necesidad nada puede objetar al que niega que todo acontece por necesidad, pues esto mismo afirma que acontece por necesidad.
Sabed contradecir y confundiréis a los filósofos
Cuando el muerto llora, es señal de que está en vías de curación, dijo solemnemente el cuervo. Siento mucho contradecir a mi ilustre amigo y colega, replicó el mochuelo, yo creo que cuando el muerto llora es señal de que no le hace gracia morirse.
Enfurézcase quien quiera, con tal de que yo no sea hallado culpable de haber guardado un impío silencio; pues soy plenamente consciente de ser un deudor de la palabra divina, por grande que sea mi indignidad. Nunca se ha podido discutir en serio el verbo divino sin ocasionar peligro y derramamiento de sangre
Uno no puede discutir con un teorema matemático
Sé que en mi partido hay gente que ha querido minimizar el impacto del 15-M, pero recuerdo la espontaneidad de la gente que se sentó a debatir en las plazas. Me recuerdo pensando con mi hijo por esas plazas que estaba lleno de hijos y nietos de socialistas, sentados. Recuerdo que pensé: por qué están sentados en plazas y no en nuestras asambleas socialistas.
Es mejor debatir una cuestión sin resolverla, que resolver una cuestión sin debatirla.
Se pueden y se deben, naturalmente, impugnar los monopolios e instituciones semejantes, ya que es indudable que empeoran la situación del trabajador;...
Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda
Muchas veces es mejor perder la viña que pleitear por ella.
La vía del Arte se ha de fundamentar no sólo en las emociones burdas y ni siquiera en los sentimientos, sino que ha de desarrollar la intuición de los Arquetipos, de las Ideas Primeras que, en su perfección, incluyen por lógica la Belleza
No hay ninguna filosofía de la vida que un hombre razonable no pueda fundamentar de manera convincente.
El príncipe puede matar un millar de dragones, pero no puede destruir castillos o destronar reyes. No va con su carácter. Es un hijo obediente que trata, ¡Ay de él!, de ser digno del hombre al que llama su padre.
La fe es un hecho en los que la poseen. Y les resulta inútil disertar sobre ella a aquellos que no la tienen.
Creo que uno de los progresos más notorios es que ya no se siente la necesidad compulsiva de argumentar o justificar las cosas. Estamos mucho más dispuestos a admitir que ciertas cosas son instintivas y otras son intelectual.
El cínico quiere justificar su palabra expresando en cada caso lo único que él cree conocer, perdiendo de vista el conjunto de la realidad, y precisamente por eso destruye totalmente la realidad, y su palabra, aun cuando tenga la apariencia superficial de la exactitud, es falsa.