Qué desagradable resulta caerle bien a la gente que te cae mal.
El nacionalismo es como una ventosidad; algo placentero para quien lo emite, pero desagradable para quien lo siente.
No se puede decir cuánto tiempo duró aquel áspero trabajo, porque esa clase de trabajos no pueden medirse en días o meses.
El arte necesita o soledad, o miseria, o pasión. Es una flor de roca, que requiere el viento áspero y el terreno duro.
Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
Lo que más me molestó no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, no podré creer en tí.
La cosa es que, queriéndolo Él y pensando que se le da gusto, todo lo amargo se vuelve dulce y lo desabrido sabroso
Dulce es al hombre en su penoso duelo, cuando el tormento pertinaz le aterra, decir burlando a la mezquina tierra: Allí es mi patria, y señalar el cielo.
Nunca fui orgulloso o interesado y siempre estuve satisfecho con el puesto en el país en el que vivo y al que amo, nunca he buscado ni deseado otro puesto, pero ahora me es penoso estar aquí ocioso y no poder hacer nada por la patria acosada.
Cuán triste, largo y cansado, cuán angustioso camino, señala el Ente divino al infeliz desterrado.
Para quien se siente solidario con el destino de este mundo, el choque de las civilizaciones le resulta angustioso
Cuando un niño comienza a sonreír, con una pequeña bifurcación de amargor y dulzura, las orillas de su sonrisa desembocan sin burlas en la anarquía del océano. Se siente mejor que nadie: juega a la gloria con los ángulos de la boca y ya cose la sutura irisada al conocimiento infinito de la realidad.
El uso indiscriminado de la violencia de uno y otro signo, sumió a los habitantes de la Nación en una atmósfera de inseguridad y de temor agobiante