Es mejor y más sano para el alma, se dijo hace ya tiempo, gastarse que enmohecerse.
Tal vez todo lo demás, la cautela, la sabiduría, la cordura, la inteligencia, no valga ni un comino porque no está enardecido por la loca pasión de la juventud, ese extraño deseo que pretende salvar el mundo y al mismo tiempo consumirse a sí mismo, que quiere agarrar con las dos manos todo lo que el mundo le ofrece y que a la vez arroja a puñados todo lo que la vida le regala.
Entonces en centenares de plazas de mercado de Europa, los dignatarios eclesiásticos observaban los cuerpos ennegrecidos de sus antagonistas... quemarse y consumirse dolorosamente, y la propia gran misión de ellos para con la humanidad reducirse a polvo y cenizas con ellos.
Con un poco de paciencia, veremos terminarse el reino de las brujas, sus hechizos se disolverán, y la gente recuperará su verdadera motivación: devolver al gobierno sus verdaderos principios.
Uno de estos días, tendrá que acabarse este loco mundo, Y Dios se llevará consigo las cosas que nos prestó, Y si, ese triste día, queréis reprender a nuestro Dios, Adelante, reprendedle: se reirá y bajará la cabeza.
Pushkin, tan aficionado a reír, a medida que yo leía se iba poniendo cada vez más sombrío, y al acabarse la lectura exclamó con desesperación: ¡Dios mío, qué triste es nuestra Rusia! En aquel momento me di cuenta de la importancia que podía tener todo cuanto saliera directamente del alma, y, en general, todo cuanto poseyera una verdad interior.
Por método entiendo aquellas reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa observación impide que se suponga verdadero lo falso, y hace que sin consumirse en esfuerzos inútiles y aumentando gradualmente su ciencia el espíritu llegue al verdadero conocimiento de todas las cosas accesibles a la inteligencia humana
Y cuando tú suspiras entre besos, escucho la blanca Belleza también suspirando por aquella hora cuando todo deberá consumirse cual rocío.
La ecología de un bosque es muy delicada. Si el bosque perece, la fauna puede extinguirse junto con él.
Las computadoras personales son como los dinosaurios, destinadas a extinguirse con la llegada de internet.
Mantener en marcha ininterrumpidamente este incremento, hasta que desborde por sí mismo el sistema de gobierno actual; no desgastar en operaciones de descubierta esta fuerza de choque que se fortalece diariamente, sino conservarla intacta hasta el día decisivo: tal es nuestra tarea principal.
Si se ha de escribir correctamente poesía, no basta con sentirse desfallecer en el jardín, bajo el peso concertado del alma o lo que fuere y del célebre crepúsculo o lo que fuere.
No creo en la existencia de razas privilegiadas, creo en los hombres y, sobre todo, creo en los españoles, y por lo que a mí se refiere, creo tener una enorme capacidad para encajar los reveses con la sonrisa en los labios, sin desfallecer nunca. Tengo también defectos, quizá demasiados, pero de resaltar éstos ya se encargarán otros cumplidamente.
Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos.