Nuestras ilusiones no tienen límites; probamos mil veces la amargura del cáliz y, sin embargo, volvemos a arrimar nuestros labios a su borde.
Es verdad que no me quiero apuntar al ejército o manejar un torno en fábricas de repuestos. De todos modos, soy miope y psicópata. América, trataré de arrimar mi hombro de maricón.
Cuando razona [Tsvietáieva], no imagina que se pueda aproximar al absoluto por este medio [la creación poética]: El poeta fracasa inevitablemente en todas las otras vías de realización. Habituado, acostumbrado (por él mismo) con el absoluto, exige de la vida lo que ésta no le puede dar.
En lo que acción se refiere, el hombre no puede hacer otra cosa que aproximar o separar los cuerpos naturales; lo demás lo realiza la naturaleza.
Sin olvidar que nuestras experiencias quedan siempre contrapesadas por un conocimiento científico. Es decir que queremos en todos los momentos, hacer cultura, acercar al hombre del campo o de la ciudad algunos retazos de lo que hace posible la existencia; o en otras palabras llevar a casa de todos un poco la naturaleza.
Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.