Hay un camino en lo alto, visible en los cielos transparentes, llamando la Vía Láctea, que resplandece con brillo propio. Los dioses van por ella a la morada del gran Tonante y su residencia real... Allí los famosos y poderosos habitantes del cielo han sentado sus reales. Esta es la región que podría atraverme a llamar la palatina del Gran Cielo.
Ve una vez a la semana a una residencia de ancianos a visitar personas, como si fuesen tus amigos
Desde luego, el sistema de gran producción basado en el trabajo a domicilio es una forma capitalista de industria;...
El sistema de gran producción basado en el trabajo a domicilio no es sólo un sistema capitalista, sino, además, el peor sistema capitalista, pues une a la explotación más intensa del trabajador una posibilidad menor en que los obreros sostengan la lucha por su emancipación.
Recuerdo vivamente mi primera lección con Enescu. Mi madre me llevó a su casa y esperamos en el salón, al poco rato apareció el maestro con su violín y comenzó a tocar una Partita de Johann Sebastian Bach. Ahí verdaderamente comenzó mi amor por el instrumento.
Empecé a trabajar en el taller, me armé una casa rodante, me armé una Chevy para correr...Juanse venía siempre a visitarme, hasta que un día me dijo: '¡Salí de debajo de los autos, ponete algo como la gente, que nos vamos a Velez a tocar de soporte de Keith Richards...!'. Yo no pensaba tocar más. Y ahí empecé a tocar de vuelta.
Hay un camino en lo alto, visible en los cielos transparentes, llamando la Vía Láctea, que resplandece con brillo propio. Los dioses van por ella a la morada del gran Tonante y su residencia real... Allí los famosos y poderosos habitantes del cielo han sentado sus reales. Esta es la región que podría atraverme a llamar la palatina del Gran Cielo.
Los fuegos eternos de esa morada brillaron con nuevo resplandor, y los demonios aumentaron los suplicios de los condenados para mejor gozar con sus aullidos.
Aquí trabajo muchísimo y para estar en un hotel, mejor en un apartamento o una casa.
Yo vivía con mi madre en un apartamento muy pequeño. Mi habitación era como en el salón. Es por eso que todavía me encanta dormir en los sofás.
Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos.
Ahora el cariño envenena la habitación llena todo de falso amor, esconde el mal humor
Al frescor me acomodo y duermo.
El camino estaba congelado. La aldea estaba en silencio, inmóvil bajo el cielo estrellado. Komako alzó los faldones de su kimono y los acomodó en el obi. La luna parecía cortada a cuchillo contra el hielo espectralmente azul.
En España la forma mejor de asegurarse una larga estancia en prisión en estos momentos es ingresar en ETA, con una particularidad: que desde el día en que un malhechor de ETA pone la bomba hasta el día que ingresa en la cárcel cada vez pasa, cada vez transcurre menos tiempo.
Quería saber... y esa noche hice un esfuerzo extraordinario en contra del sueño. Desde mi habitación, acostado en mi camita, podía observar con claridad todo lo que ocurría en la estancia junto a la chimenea. Dejé mis zapatos en un lugar visible y en el momento menos esperado descubrí que era ella, Luna, mi Mamá, la responsable de que para mí existiera ese hombre tan bondadoso.
Los obreros no alcanzan a comprender que si practicaran la solidaridad de clase, si tuvieran un solo arranque de energía, si dieran unos cuantos golpes con la piqueta y el hacha, no tardaría mucho en venir por tierra el edificio de todos los abusos y de todas las iniquidades.
Los presos son pobres, como es natural, porque sólo los pobres van presos en países donde nadie va preso cuando se viene abajo un puente recién inaugurado, cuando se derrumba un banco vaciado o cuando se desploma un edificio construido sin cimientos.