La huella de un sueño no es menos real que la de una pisada.
Si pudiese encerrar a todo el mal de nuestro tiempo en una imagen, escogería esta imagen, que me resulta familiar: un hombre demacrado, con la cabeza inclinada y las espaldas encorvadas, en cuya cara y en cuyos ojos no se puede leer ni una huella de pensamiento.
La traducción, que siempre en todo caso es posterior al original, en aquellas obras importantes que no pudieron tener buen traductor en la época de su redacción marca el estadio de su supervivencia.
La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y este momento reflexivo -el que con mayor nitidez marca nuestro salto evolutivo respecto a otras especies- exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes.
Las cosas fabricadas han perdido la noble indiferencia por las esferas de la riqueza y la pobreza. Cada cosa hoy deja su impronta sobre su propietario, que no tiene ya otra elección que presentarse como un pobre diablo o, al contrario, como especulador.
El mundo entero lleva nuestra impronta personal. Sin embargo, en el mismo momento en que llegamos a comprender que nuestra existencia resulta fundamental para la existencia del universo también nos daremos cuenta, paradójicamente, de que nuestra personalidad depende completamente de la existencia de todo lo demás.
Llegó a las redacciones la noticia de mi muerte. Y los buenos compañeros intentaran redactar la noticia. Si es verdad lo que de mí dijeron las necrológicas, con la generosa abundancia de todas las necrológicas, soy de hecho un buen individuo.
El que un perro haya mordido a un hombre no es ninguna noticia; una noticia es el que un hombre haya mordido a un perro.
... el arca de la alianza, en las grandes batallas de cuyo resultado dependía la victoria o la ruina de todo el pueblo, iba en medio del ejército, para que el pueblo, viendo presente, por así decirlo, a su rey, combatiera con todas sus fuerzas.
Durante los últimos años, con la creciente ruina de la econonomía rural, se ha minado la base de la dominación del hombre sobre la mujer.
En lo que a mí respecta, en cierto sentido Sinéad O'Connor descansa en paz. Esa encarnación ya no existe. No quiero interpretar ninguna de esas canciones nunca más. Voy a hacer discos religiosos el resto de mi vida.
El sexo, el dolor y el amor son experiencias límite del hombre. Y solamente aquel que conoce esas fronteras conoce la vida; el resto es simplemente pasar el tiempo, repetir una misma tarea, envejecer y morir sin saber realmente lo que se estaba haciendo aquí.
La Iglesia institución creo que a veces se olvida de aquella indicación que hizo Jesús de que había que mirar a los signos de los tiempos.
La psicología es tan superflua como una indicación para usar veneno.
En vano escarba el soñador en sus viejos sueños, como si fueran ceniza en la que busca algún rescoldo para reavivar la fantasía, para recalentar con nuevo fuego su enfriado corazón y resucitar en él una vez más lo que antes había amado tanto, lo que conmovía el alma, lo que enardecía la sangre, lo que arrancaba lágrimas de los ojos y cautivaba con espléndido hechizo.
El español no es una lengua nacionalista, porque no es una seña de identidad para nadie; es plurinacional y multilingüe. A pesar de lo que dicen los estúpidos y los manipuladores, es una lengua generosa, abierta, donde cabe todo el mundo y donde cualquier variante documentada con rigor es incorporada
Canto igual en todos los estilos porque es mi seña de identidad, pero le hago a todo
Tenía un pequeño cuchillo de bolsillo con el cual corté su garganta. Oí los chorros y el goteo de la sangre en la estera al lado de la cama. Salió a borbotones en un arco, La cosa entera duró cerca de tres minutos. Entonces salí, cerré la puerta otra vez y regrese a mi casa en Düsseldorf
Pasa sobre la nave graznando una gaviota, epilépticamente la dura hélice gira y en la estela agitada la blanca espuma flota...
La futura estela del animal a través de la tiniebla está casi tan establecida para la sagaz mente del cazador como la costa para el piloto. De modo que era esta prodigiosa habilidad del cazador, la proverbial fugacidad de una cosa escrita en el agua, una estela, es tan de fiar, a todos los efectos deseados, como la tierra firme.
No quiero tenerte porque en mi ser todo estará terminado. Sólo quiero que surjas en mí como la fe en los desesperados, para que yo pueda llevar una gota de rocío en esta tierra maldita que se quedó en mi carne como un estigma del pasado.
Sólo quiero que surjas en mí como la fe en los desesperados, para que yo pueda llevar una gota de rocío en esta tierra maldita que se quedó en mi carne como un estigma del pasado