Es muy interesante observar aqui que la opinión popular está en lo justo cuando considera el sueño como predicción del porvenir. En realidad, es el porvenir lo que el sueño nos muestra, más no el porvenir real, sino el que nosotros deseamos.
El mundo del hombre contemporáneo se funda sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía
La economía no es una ciencia exacta. Cualquier pronóstico basado en evidencias puede salir horriblemente mal.
Y en estas cuatro cosas -creencia en los espíritus, ignorancia de las causas segundas, devoción a lo que suscita el temor de los hombres y el tomar como presagio lo que es casual- consiste la semilla natural de la religión.
Pensar en Riobamba es limpiar la frente de toda escoria para imantarla con presagio lustral de ideales grandes. La amo con los cánones del alma, estoy cautivo en su piedra, su brisa, su paisaje...
Siempre tuve ganas de cantar. Como también supe que algún día ocuparía mi lugar en la canción. Era como una premonición que me vino simplemente escuchando las ovaciones.
Su único fin debe ser por un avenimiento... o veremos transformarse el país en puros salvajes... (desgraciadamente esta premonición de Belgrano fue desoida y efectivamente Argentina quedó sumergida durante décadas en una terrible guerra civil).
¿Qué respondía el oráculo de Delfos cuando se le preguntaba cuáles eran los ritos o cultos más aceptables para los dioses? Aquellos que están legalmente establecidos en cada ciudad.
¿Acaso no se le condenó a beber una pócima venenosa de hierbas maceradas a aquel conocido anciano de sabiduría divina a quien el oráculo de Delfos proclamó como el más sabio de los mortales, cuando se vio asediado por la envidia y el engaño de una depravada facción, y como corruptor de la juventud? alusión a Sócrates.
El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña
La casa, dios mío, rodeada de petreles sobre el acantilado y los vapores del océano, de portones batidos por el viento y cortinas en pedazos, con el anuncio hotel central en semicírculo en la fachada y los tres de la policía secreta, siempre de negro, con el brazo en alto al modo nazi, que bebían, en la salita de estar, la malta de la mañana.