De momento soy uno al que llamaron inútil y se calló porque sabía que era así. Pero no lo seré siempre...
Y si alguna vez me callo es que ya no habrá nada que decir, aunque no se haya dicho todo, aunque no se haya dicho nada.
De pelotudos que tienen la precisa sobre las virtudes y los males argentinos, el país está hasta el cuello. En esa no me anoto. Te repito que yo no soy ni gracioso, ni visionario. Soy un actor cómico de la nación. Cuando no tengo libreto, me callo la boca.
Y sonrío y me callo porque, en último extremo, uno tiene conciencia de la inutilidad de todas las palabras.