Uno puede recobrarse del orgullo, la cólera, la gula y la pereza; pero es una especie de milagro que se corrija un corazón maligno y envidioso.
Donde estaba presente, junto con la gula y la Ebriedad, la Taza, con su multitud de servidores, compañeros y circunstantes, se ve la Abstinencia, se ve la Sobriedad y Templanza en la alimentación con todas sus reglas y preceptos.