No se interprete culpa la defensa, ni se adelante, si el vencer consigo, a la venganza el brazo ni el castigo.
El silencio es la antesala de la palabra. Sin decir nada, se pueden decir tantas cosas, que, a veces, es mejor callar, y dejar que sea el propio interlocutor el que imagine e interprete lo que se intenta comunicar a través de la magia del silencio.