Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios.
De la vida lo que más extraño es mi sombrero, es un enigma no resuelto lo que sucede con los sombreros de la gente muerta. Cuando me maté lo primero que cayó al suelo fue mi sombrero y ya nunca más lo volví a ver.