La sabiduría y la prudencia de nada sirven si no se presenta una ocasión propicia; los buenos arados nada pueden por sí solos, si no se presenta una estación favorable.
La producción no tiene ningún sentido, excepto como un medio para el consumo. La inversión en bienes de capital no significa nada, a excepción de cuando es una necesaria estación intermedia en la ruta hacia más consumo.
Las Navidades son la época en que los niños le dicen lo que quieren a Santa Claus y los adultos lo pagan. Los déficits son las épocas en que los adultos le dicen al Gobierno lo que quieren y los niños lo pagan
Por otra parte, sí no queremos confundir las enseñanzas eternas con aquellas que sóplo podían ser útiles por algún tiempo o para unos pocos, conviene saber también en que ocasión, en qué época y para qué nación o qué siglo fueron escritos todos esos documentos.
Nos hallamos apenas en el período inicial de toda revolución: la emoción. Por eso no somos revolucionarios sino simplemente rebeldes, es decir inconformes.
¡Llegué a ser electricista!, pero fue un periodo corto.
No tiene sentido estar apegado exclusivamente a esta vida, ya que por muy larga que sea, no podemos vivir más de determinada cantidad de años. Por eso no importa cuánta riqueza o recursos acumulemos en esta vida. En ese momento no nos servirán de nada.
No seas veleta, no empieces a cada momento algo nuevo, fíjate el objetivo y persíguelo hasta el fin
El sistema está en su ciclo terminal y para graficarlo le correspondemos la frase bíblica: El pescado se pudre por la cabeza.
Cuanto mayor sea la porción de mi vida que pueda ser arrancada del ciclo trabaja-consume-muere, y devuelta a la economía del encuentro, mayores serán mis oportunidades de placer.