Filmar es ir a un encuentro. Nada en lo inesperado que no sea secretamente esperado por ti.
Filmación. Nada en lo inesperado que secretamente tú no esperaras.
Es evidente que existen otros mundos, eso seguro; pero, como ya he dicho muchas veces, esos otros mundos están en el nuestro, residen en la tierra y precisamente en el centro de la cúpula del Museo Dalí, donde está todo el nuevo mundo insospechado y alucinante del surrealismo.
El corazón respira apenas ante el milagro repentino de tu presencia. Los ojos quisieran guardar para siempre el color de incendio de tus ojos, el resplandor de tu mirada, el exacto volumen de tu cuerpo, y devorarte y envolverte y guardarte ajeno a todas las miradas.
El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
Cuando uno transita por un súbito desamor siente que el mundo se termina.
La aptitud para romper con el hábito es un don excepcional. Y pareciera apropiado llamar inspiración al derrumbe de ese sometimiento poderoso, casi siempre súbito y siempre liberador. El término es antiguo, y aún para muchos, venerable.
Estamos listos para cualquier hecho imprevisto que pudiera, o no, ocurrir.
¿Qué puede haber imprevisto para el que nada ha previsto?
Los diarios publican títulos del tipo Oasis y la droga: el shock. Francamente, ¿por qué un shock? Sería mucho más sorprendente que de golpe se nos diera por ir a la iglesia todos los domingos. Oasis y la iglesia: el shock!.
Nada resulta más sorprendente para el que examina los asuntos humanos con mirada filosófica que la facilidad con que la mayoría es gobernada por la minoría