Nobleza, dignidad, constancia y cierto risueño coraje. Todo lo que constituye la grandeza sigue siendo esencialmente lo mismo a través de los siglos.
El ideal es un primer motivo, un avance en el rumbo infinito, una esperanza intuyente. Náufraga en el torrente de la vida, la humanidad se incorpora, con la mirada en la altura, en el celaje alegre que engalana el deseo.
El amor es un animado duendecillo bailando una pequeña y alegre giga, entonces de repente se vuelve hacia ti con una metralleta en miniatura