Me gusta mucho el sonido de las palabras: oírlas, percibirlas, volverlas a nombrar, repetírmelas hasta que me las aprendo y capto su sonido. Podría decir que la música del idioma es lo que me atrae más, en este caso es a partir de la misma escritura, no son accidentes externos, que desde luego pueden influir, pero no fundamentalmente.
La vida es un cuento narrado por un idiota, lleno de sonido y furia que nada significa
La guerra como autodefensa es legítima, en consonancia con la ONU. ¡Yo fui de los que apoyaron intervenir en Kosovo!
Yo creo en la restauración de conexión interna de la música con la poesía, lo que permite un desarrollo más libre de arte que estaría más en consonancia con el espíritu de los tiempos.
Nos apoyamos sobre todo en el boca a boca, no en vano Internet es una formidable caja de resonancia
La tierra es un conductor de resonancia acústica
Veamos ahora el desorden, lo que las gentes sensatas llaman desorden. Es la protesta del pueblo contra el innoble orden presente, la protesta para romper las cadenas, destruir los obstáculos y marchar luchando hacia un provenir mejor. El desorden es el timbre más glorioso que la humanidad tiene en su historia.
La idea de que en veinte años se pudieran producir en masa millones de computadoras igualmente poderosas pero más pequeñas que un timbre postal era ciencia ficción.