Si eres hombre, alza tus ojos para admirar a los que han emprendido cosas grandes aunque hayan fracasado
Evita la conversación de aquellas personas cuya palabra, en vez de ser trabajo, es placer. Los grandes parlanchines suelen ser espíritus refinadamente egoístas, que buscan nuestro trato, no para estrechar lazos sentimentales, sino para hacerse admirar y aplaudir.