Porque el amor es así, urgente y demandante y arrasa con todas nuestras virtudes.
El demandante es un mentiroso que se presenta como la máxima sinceridad.
Si Tartakower dedicase más atención a su juego en los torneos en vez de escribir sus artículos, sería acaso el más temible aspirante a los primeros lugares y un serio candidato al título mundial.