Luego miré mi corazón y vi un mundo lleno de maravillas: los restos del amor, las tristezas, alegrías y enfados, las imágenes de los seres queridos, de los compañeros y de los enemigos, por los que había dejado a un lado el romanticismo y la gloria para demostrar mi valor en las guerras de Zahi y Nubia.
Persiguiendo los restos de un sueño, el cielo clarea hace fresco.
Exhibir imágenes en las procesiones es otro residuo de la religión de los griegos y romanos.
El Yo descarta la ilusión de yo y, sin embargo, sigue siendo yo. Ésa es la paradoja de la autorrealización. En lugar del yo original, la autoentrega perfecta deja un residuo de Dios en el cual el yo se pierde. Ésa es la forma más alta de devoción y entrega y la culminación del desapego.
Al final todos somos Eternidad, dejamos nuestra huella y nuestro sello donde quiera que vayamos, somos eternos y únicos
Nada ni nadie puede compensar a las numerosas víctimas de la lacra terrorista por la irreparable pérdida de sus vidas, por el sufrimiento que genera sus heridas o por la dolorosa huella que dejan sus cicatrices.
De entrada, no peleándome nunca con esa idea, no me molesta ni estorba. Es parte de mi historia, de mi proceso, y como tal la tomo y recuerdo con mucho gusto. Cuando terminó, los 6 tuvimos que formar nuestro propio camino. Creo que he ido logrando cosas y caminando como Maite Perroni.
Qué maneras tan curiosas de recordar tiene uno... qué maneras tan curiosas... Hoy recuerdo mariposas que ayer sólo fueron humo, mariposas, mariposas que emergieron de lo oscuro. Bailarinas, silenciosas
Se me figura que hasta ahora me ha mirado como aquella emperatriz de la antigüedad que se desnudaba delante de su esclavo, pues no veía en él a una persona.
Los descubrimientos de la ciencia moderna no invalidan en modo alguno las remotísimas tradiciones que atribuyen increíble antigüedad a la raza humana.
Una esperanza un huerto un páramo una migaja entre dos hambres el amor es campo minado un jubileo de la sangrecáliz y musgo, cruz y sésamo pobre bisagra entre voraces el amor es un sueño abierto un centro con pocas filiales un todo al borde de la nada fogata que será ceniza
Tremendo contraste entre el crepitar del fuego en su comienzo y la paz de la ceniza
Nada ni nadie puede compensar a las numerosas víctimas de la lacra terrorista por la irreparable pérdida de sus vidas, por el sufrimiento que genera sus heridas o por la dolorosa huella que dejan sus cicatrices.