Esta obra debe interpretarse con un gran desprendimiento hacia el presente.
La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
¡Cuántas lluvias de largueza han caído para que el mar distribuyera perlas! ¡Cuántos soles de generosidad han brillado para que las nubes y el mar aprendieran a ser tan espléndidos!
Eso que se denomina liberalidad no es muchas veces más que la vanidad de dar
La liberalidad no consiste tanto en dar mucho como en dar oportunamente
Una cantidad de interferencias en el buen funcionamiento de la economía como el de la compra de dólares, imagínese en un momento en que hay abundancia de dólares en todo el mundo, aquí porque han creado un clima de desconfianza la gente se ve restringida de poder proteger sus ahorros
Todos los fenómenos del universo son de alguna manera presumiblemente continuos, y no es científico pedir la ayuda de organismos misteriosos cuando, con cada nuevo avance en el conocimiento, se ha demostrado que las vibraciones del éter tienen facultades y atribuciones en abundancia iguales ante cualquier demanda - incluso para la transmisión de pensamiento
El catolicismo, judaísmo latino, salpicó de un hollín indeleble la exuberancia del Mediterráneo. ¿Cómo pudo <<florecer>> en sus riberas bañadas de un sol divino? El cristianismo es una reacción contra el sol y en su vertiente católica un ataque contra él que merece un capítulo aparte.
Si los espectáculos cultos ponen ante mis ojos un mundo de inmoralidad y una exuberancia de lujo que ciega mis ojos al tocar al corazón, hoy tengo derecho a mis corridas de toros.
De la misma forma que la riqueza es poder, todo poder atrae infaliblemente hacia sí la riqueza por uno u otro medio.
El deseo de un aumento de la riqueza puede ser satisfecha a través del intercambio, que es el único método posible en una economía capitalista, o por la violencia y la petición como en una sociedad militarista.
Cuando el impulso de jugar repentinamente invade a un adulto, esto no significa recaída en la infancia. Por supuesto jugar siempre supone una liberación. Al jugar los niños, rodeados de un mundo de gigantes, crean uno pequeño que es el adecuado para ellos; en cambio el adulto, rodeado por la amenaza de lo real, le quita horror al mundo haciendo de él una copia reducida.
Y el público creerá en los sueños del teatro, si los acepta realmente como sueños y no como copia servil de la realidad, si le permiten liberar en él mismo la libertad mágica del sueño, que sólo puede reconocer impregnada de crueldad y terror.
Estas palabras son mías, de la afluencia de mi corazón: Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero.
Hasta donde podía ver, el mundo entero desplegaba la misma exuberante riqueza que el valle del Támesis. Desde cada colina a la que yo subía, vi la misma profusión de edificios espléndidos, infinitamente variados de materiales y de estilos.
Lo que más necesitan las democracias es que los electores acudan a votar con la misma profusión con que se presentan los candidatos.
Mi generosidad finalmente cede a su odio.
Llamar la atención sobre la generosidad propia equivale a indicar que otros están en deuda contigo y que esperas resarcimiento. A los pueblos igualitarios les repugna sugerir siquiera que han sido tratados con generosidad.
Hay que acostumbrar a la gente a vivir de forma más austera, a no derrochar. Hay mucho derroche de energía, no hace falta que cada familia de clase media tenga dos automóviles, lo que hace falta es cambiar el sistema de transportes, mejorar el transporte público, para que la gente no utilice el coche. Lo que hace falta cambiar es el modo de vida, ya que consumo no es sinónimo de felicidad.
El vicio es un derroche de su vida. La pobreza, la obedencia y el celibato son los vicios canónicos
Esa marometa que da el chiquillo en el aire expresa en un solo acto toda la alegría y la magnificencia de vivir.
Mirara hacia donde mirara, ya fuera hacia la tierra durmiente o a las vastas regiones del espacio, la magnificencia del mundo estaba más allá de la mente humana, se advertía la sublimidad de Dios y la majestad de su presencia.