El pretendido hilo de fraternidad que debe unir a los hombres sólo puede ser imaginado por el débil, pues no es natural que el fuerte, que no tiene necesidad de nada, haya podido dar existencia a esta fraternidad.
Cualquier hombre poco juicioso e ilustrado percibe fácilmente el poco fundamento que tienen incluso sistemas que han obtenido el mayor crédito y que han pretendido poseer en el más alto grado una argumentación exacta y profunda.