Procura no inquietar tu alma ante el triste espectáculo de la injusticia humana. Sobre esta injusticia verás un día el triunfo definitivo de la justicia de Dios
Habrá que mortificar la carne y obligarla a obedecer al espíritu, hasta que esté dispuesta a todo
Aprender a andar en bicicleta no significa aprender a mantener el equilibrio, sino aprender a no perturbar ese equilibrio, aprender a no interferir.
Solamente cuando el pasado deja de perturbar y las anticipaciones del futuro no trastornan, el ser está enteramente unido con su ambiente y, en consecuencia, plenamente vivo.
No queremos abrumar al público con preocupaciones cósmicas trascendentes. Que haya claves profundas del pensamiento y de la acción, que permitan una comprensión de todo el espectáculo, no atañe en general al espectador, ni le interesa. Pero es necesario que esas claves estén ahí, y eso sí nos atañe.
Yo no escribo para agradar ni tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar
¡Claro que un abogado puede encargarse de un caso así! El individuo tiene derecho a ser juzgado de acuerdo con muchos factores en relación con el acto confeso. Las circunstancias pueden afectar de manera vital el peso de las pruebas indiciarias. El acusado puede juzgarse, pero no puede sentenciarse. Sólo puede hacerlo el juez.
Además de las otras cosas que hago para cuidar del yo, el tú y el nosotros, invierto en mí mismo y en los demás ese minuto extra ¡Y esa es toda la diferencia!
Cualquiera que ha sido acostumbrado a cuidar de la vida de cualquier criatura viviente tiene una posibilidad insignificante de arribar a la idea de que la vida humana es despreciable
Es pobreza de espíritu obstinarse en devolver el daño que se ha recibido
El sexo es como el alcohol. No conviene obsesionarse con él tan temprano.
Hubo una sospecha aquí, entonces, mi mujer enseguida cogió y nos fuimos para Nueva York. Allí me enteré de noticas muy feas, que no era para alarmar tanto. Alarmaban a mis niños, a mi familia y todo esto me afectaba.
Todas las cosas por un poder inmortal cerca o lejos ocultamente están unidas entre si, de tal modo que no puedes agitar una flor sin trastornar una estrella
Cuando el diablo se mezcla en los asuntos humanos para arruinar una existencia o trastornar un Imperio, es muy extraño que no se halle inmediatamente a su alcance algún miserable al que no hay más que soplarle una palabra al oído para que se ponga seguidamente a la tarea.