Te permito cualquier desliz absurdo, la humillación, los morbos, las manías, que te gusten las chicas del anuncio de medias, o que quieras ser mi amante después de haber dejado de quererme. Yo lo soportaría todo, excepto la ingratitud que nace del olvido.
La casa, dios mío, rodeada de petreles sobre el acantilado y los vapores del océano, de portones batidos por el viento y cortinas en pedazos, con el anuncio hotel central en semicírculo en la fachada y los tres de la policía secreta, siempre de negro, con el brazo en alto al modo nazi, que bebían, en la salita de estar, la malta de la mañana.
El valor medio de los beneficios de la previsión Social creció y tiene que ser mantenido. Para esto es preciso hacer la reforma, para que aquellos que se aprovechan (locupletam) de la previsión no se aprovechen más, no se jubilen con menos de 50 años, no sean vagabundos en un país de pobres y miserables
Esa obsesión de parar de trabajar a una cierta edad va a crear problemas en la previsión