En busca de la ballena habíamos estado navegando por el Ecuador a unos veinte grados al oeste de las Galápagos; y toda nuestra faena, después de determinado nuestro derrotero, fue ajustar las vergas y mantenernos a favor del viento: el buen barco y la constante brisa harían el resto.
Al norte un ángel yace amordazado. Al este el llanto ordena sus neblinas. Al sur mi tierno haz de palmas finas, y al oeste mi puerta y mi cuidado.
Llega la voz de Oriente. Llega el occidente en habla, llega la hecatombe con la muerte del oro y el encumbramiento del hambre. ¡Llega el fin!
Tenemos que buscar un sistema que sea mejor que la disuasión nuclear para impedir la guerra. Pero sería una pretensión peligrosa insinuar que dicho sistema esté actualmente al alcance de Oriente y occidente
Mi corazón es joyero de tu beso, dijo la nube de ocaso al Sol
Y siempre a la vista de todos y cada uno, del sol en plenitud, del ocaso que dibuja siluetas, mostrándose ante las luces altas de los autos que pasan, luego desaparece; aprendo a vivir con la historia. ¿Qué es la historia? Aquello que no puedes tocar.
En verdad te digo, no era una carta, sino un jardín de rosas adornado con jacintos y flores. Contenía la dulce fragancia del paraíso, y el céfiro del Amor Divino emanó de sus floridas palabras.