¿Díganme, a ustedes les gustaría ver cómo uno de sus hijos se rompe una pierna o se estrella contra un árbol? ¿Verdad que no? Por eso no veo las carreras.
Hay mujeres audaces y generosas que suben al tranvía dejando una pierna al acaso, como simiente de alegres pierna en el vivero de las paradas.