La homosexualidad es un desorden objetivo. La Iglesia Católica debe acoger con respeto, compasión y delicadeza a todas las personas homosexuales, pero exigiéndoles también que vivan en castidad.
La iglesia firme en su postura: la homosexualidad es cosa de maricones.
En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación.
¿Es cierto que la homosexualidad está prohibida en Australia? ¡Qué lastima! No nos vamos a poder divertir nada en el backstage después del concierto