Cuando inventé la web, no tuve que pedirle permiso a nadie. Ahora, millones de personas la utilizan libremente. Me preocupa que todo eso se vaya a acabar en los Estados Unidos de América
Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.
Poner patentes a licencia sobre el software es como poner patentes sobre las recetas culinarias. Nadie podría comer a menos que pagara por la licencia de la receta
Las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder, que nos dan licencia para matar. Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe; fue un error
La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento
Todo coito heterosexual es una violación, porque las mujeres, como grupo, no son lo bastante fuertes para dar un consentimiento significativo.
La vida es mi arte, protección frente a la muerte, así sin autorización vivo
El liderazgo se ve en la derrota y el conductor solo es bueno si ha superado la adversidad. Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de observación de las cosas.
Pero también no digo sino aquello que sé, o sea, aquello que oigo; los otros pierden su tiempo en ver y oír; yo como no puedo más que oír, empleo en hablar lo que lo demás emplean en ver; hablo y hablo mucho; pero qué quiere si me sobra tiempo para eso; y además, ud. sabe que no es trabajo cansador.
Majestad, le decía al cobardón español en Cartagena con la aquiescencia de García Márquez, primer lambeculos de tiranos y granujas con poder que hoy tiene América. (Revista Soho: Por el desafuero), Soy colombiano y todo se torna muy confuso, debido al interés personal de muchos compatriotas guerreristas y desconocedores del sufrimiento del pueblo indigente, los de abajo
Hay libros cuya belleza formal es tan apretada, tan concluida, tan severa, que nada nuestro puede insertarse en ellos. Su superficie compacta y lisa no nos ofrece resquicio alguno. Nos queda sólo la posibilidad de aquiescencia o de rechazo.
La defensa de la libertad tiene que ser dogmática, sin concesión alguna al oportunismo, aún cuando no sea posible demostrar que, al margen de los efectos positivos, su infracción pueda comportar algunas consecuencias perjudiciales. La libertad sólo puede prevalecer si se acepta como principio general cuya aplicación a casos particulares no tiene necesidad de justificarse.
Cualquier concesión a los antievolucionistas, sugiriendo que hay razones científicas para dudar del hecho de la evolución, sería propagar una vulgar falsedad.