El software no-libre trae con él un sistema antisocial que prohíbe la cooperación y la comunidad. No puedes ver el código fuente; no puedes decir qué trucos feos, ni que errores tontos, podría contener. Si no te gusta, no puedes cambiarlo. Y lo peor de todo, está prohibido compartirlo con alguien más. Prohibir que se comparta el software es cortar los lazos de la sociedad.
Sólo hizo falta un instante para cortar su cabeza, pero es poco probable que cien años sean suficientes para que surja una igual
La economía es la ciencia de cercenar los gastos superfluos