Contra mis enemigos, terco y rudo, esgrimiré en la lid, que no me apoca, por lanza mi razón y como escudo mi carácter más firme que una roca
Creo que todas las novelas tratan del carácter y que es para expresar el carácter, no el sueño de doctrinas, el cantar canciones o el celebrar las glorias del Imperio Británico que la forma de la novela, tan rica, elástica y viva, va evolucionando.
Cada material tiene una personalidad específica distinta, y cada forma impone un diferente fenómeno tensional. La solución natural de un problema -arte sin artificio-, óptima frente al conjunto de impuestos previos que le originaron, impresiona con su mensaje, satisfaciendo, al mismo tiempo, las exigencias del técnico y del artista.
Hay algo en la personalidad humana que se resiente a las cosas claras, e inversamente, algo que atrae a los rompecabezas, a los enigmas y a las alegorías.
Evitar los extremos es una virtud moral en sí misma; además de una condición para la estabilidad política y social.
La utopía es pensar y anhelar algo que parece imposible algo digno de la condición de los hombres. Ponerse a trabajar, marginalmente en la utopía, pero tomando las precauciones para que nunca se cumpla del todo.
La prohibición de las corridas de toros y la protección de los correbous es un ejemplo claro de la idiosincrasia política catalana. Los correbous son gratis, y los toros, no.