El reto de la modernidad es vivir sin ilusiones y sin desilusionarse
Los países no tienen destino. Ninguna vida tiene un destino. En la modernidad la desaparición del término lleva al hombre a ser responsable de lo que le pase, para bien o para mal. La aparición de los sistemas políticos aspira a que esa responsabilidad no se vaya a la orilla de los totalitarismos.
Hola, buenas noches. Hoy les hablo desde Torrespaña en Madrid, más conocido como el Pirulí, que con su forma fálica es un símbolo de la modernidad de esta ciudad. Como modernas también son las vidrieras de la Catedral de la Almudena y las pinturas del altar de un tal Kiko no sé qué. Por cierto, igual de horribles que algunas películas.
Los países no tienen destino. Ninguna vida tiene un destino. En la modernidad la desaparición del término lleva al hombre a ser responsable de lo que le pase, para bien o para mal. La aparición de los sistemas políticos aspira a que esa responsabilidad no se vaya a la orilla de los totalitarismos.