Consíguelo si puedes. No emplearé contra ti ninguna de las armas que el mundo me ofrece. Si la ley que el dedo de Dios ha escrito en nuestros corazones es la que tú dices, yo también soy una criatura de Dios.
Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre