Escribir poesía es hacer un trabajo exquisito, lleno de temor y de encanto, es hacer una perla de una lágrima.
Así como un buscador de perla se ata una piedra a la cintura para sumergirse y tomar la perla del fondo del mar, cualquiera que bucee en las profundidades de su propio ser con desapego puede obtener la perla del Yo.