Es una lástima que la mayor parte de la humanidad tenga una visión mental tan limitada a la hora de sopesar con calma y con inteligencia aquellos fenómenos aislados, vistos y sentidos sólo por unas pocas personas psíquicamente sensibles, que acontecen más allá de la experiencia común.
Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un sólo hombre que diga tengo hambre, en que no haya quien diga no sé lee, en que en la tierra no se oiga más el chirrido de cadenas y cerrojos.
Hablamos, ella y yo. Me preguntó por mi trabajo, aunque todo era fingimiento, no le interesaba mi trabajo. Y cuando le respondí, fingí a mi vez. Tampoco a mí me interesaba mi trabajo. Sólo una cosa nos interesaba a los dos, y ella lo sabía, porque mi aparición lo había dejado muy claro.
¡Qué luz de atardecer increíble, hecha del polvo más fino, llena de misteriosa tibieza, anuncia la aparición de la nieve!
La tecnología es la aserción de los hombres poco dotados para las artes del amor y la guerra.
He aquí el más profundo secreto que nadie conoce (he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida; que crece más alto de lo que un alma puede esperar o una mente puede ocultar) y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas
Más de 20 atrás broté de un cuerpo de mujer y más de 20 después sigo sin lograr meterme dentro de sus mentes.
En la vida que vivimos, nuestras percepciones son, tal vez siempre, percepciones de partes, y nuestras conjeturas acerca de las totalidades son corroboraciones o refutaciones de continuo por la presentación posterior de otras partes. Tal vez ser por esto que las totalidades nunca pueden ser presentadas, ya que ello implicaría una comunicación directa.
Antes de cualquier tarea, de una presentación de ventas, un encuentro difícil o del desafío cotidiano de alcanzar una meta, véala con claridad y vividez, de modo inexorable, una y otra vez. Cree una zona cómoda interior. Después, cuando entre en la situación, no le resultará extraña. No le provocará temor.
Yo también fui una vez víctima del síndrome de más es mejor, y creí que todo el mundo menos yo mismo tenía las respuestas a mis preguntas sobre el culturismo.
La falta de curiosidad o inapetencia por las culturas ajenas es, a mi entender, un índice de decadencia y pasividad, porque la cultura afectada por este síndrome se convierte en mero objeto de contemplación.
Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.
La moda mística de estos tiempos, que se muestra particularmente en el crecimiento rampante de la llamada teosofía y espiritualismo, para mi no es más que un síntoma de debilidad y confusión. Como nuestras experiencias consisten en reproducciones y combinaciones de impresiones sensoriales, el concepto de un alma sin cuerpo me parece carente de cualquier tipo de significado.
He aprendido en toda mi vida como compositor, principalmente a través de mis errores y persecuciones de falsas suposiciones, y no por mi exposición a las fuentes de sabiduría y conocimiento.
La exposición a una baja concentración de un gas venenoso durante un tiempo largo a menudo tiene el mismo efecto (muerte) que la exposición a una alta concentración durante un tiempo corto
¿Habéis pensado alguna vez en la relación entre la paranoia clínica y el fenómeno de la conversión religiosa?
Los precios o, con otras palabras, las cantidades de bienes que deben aparecer en el intercambio, configuran, en cuanto que son percibidas por nuestros sentidos, el objeto más usual de la observación científica, pero están muy lejos de constituir la esencia del fenómeno económico del intercambio.
Martínez de Hoz modificó la Ley de Arrendamientos y aparcerías rurales cuando estuvo al frente del Ministerio de Economía (1976/80). Permitió el surgimiento de formas de explotación especulativa, fondos de siembra que hoy se dedican a cultivar maíz, soja y mañana a cualquier otra actividad.
El surgimiento de la gestión empresarial como una institución distinta, fundamental y líder es un fenómeno esencial en la historia social. Raramente, si es que alguna vez ocurrió algo semejante, una nueva institución básica, un grupo líder nuevo, emergió tan rápidamente como sucedió con la gestión empresarial desde el amanecer del siglo XX.