Racing para mí es un viaje a Avellaneda de cada domingo de mi vida cuando era chico, es un gol de Boyé dándonos el campeonato en 1951
Haré lo que tenga que hacer. Pero el dolor por nuestra separación se hace cada día más profundo aunque tu ausencia se deba solo a un corto viaje y no hayas estado lejos de mí ni siquiera veinte días. Fue un error pensar que tu partida sería solo un dolor momentáneo.
El 4 de octubre de 1923 toqué en París por vez primera, el escándalo estalló enseguida. Recuerdo a Man Ray pegándole a alguien un puñetazo en la nariz en la primera fila. Marcel Duchamp discutía a voz en grito con un conocido en la segunda, y en un palco cercano Erik Satie gritaba ¡Qué precisión! ¡Qué precisión! y aplaudía
Relato de Luis D'Elía al Diario Página 12 el día siguiente de pegarle un puñetazo a Alejandro Grahan: