Para mí dibujar un cómic es ante todo contar una historia. Mejor que sean bonitos, claro, pero esa no es su meta. A mi entender, la meta es la de explicar la historia del modo más claro posible, para que se comprenda; sea emocionante, triste o divertida, ha de tener ante todo, una columna vertebral.
Yo proclamo que la fuerza que impide que el mercurio se caiga es externa y que esa fuerza proviene de fuera del tubo. Sobre la superficie del mercurio que permanece en la cubeta descansa el peso de una columna de cincuenta millas de aire...
Es, en verdad, paradójico que mientras los apologistas del capitalismo consideran por lo general que el mecanismo de precios es la gran ventaja del sistema capitalista, la flexibilidad de los precios demuestra ser un rasgo característico de la economía socialista.
Los símbolos son signos sensibles, impresiones últimas, indivisibles y sobre todo involuntarias, que poseen una significación determinada. Un símbolo es un rasgo de la realidad que, para un hombre con sus sentidos alerta, designa inmediata y evidentemente algo que no puede comunicarse por medio del intelecto.
Pero el hecho de estar nominado no me hace sentirme más cerca de hacer una película en inglés. Eso llegará si encuentro el guión adecuado o la historia adecuada, una que tenga que rodarse en inglés. Y lo haré como otra película en español porque lo que me motiva siempre es la historia.
Lo que yo siempre busco al dibujar es transmitir emociones fuertes. Cuando leo un guión y lo visualizo, intento plasmarlo al papel de la forma más emocionante e inmersiva que puedo. De manera que cuando lo veas, creas que estás allí y te metas en la historia, con los personajes.
Al fin y al cabo, ¿qué es la guita? La guita no tiene dueño y pasa de mano en mano. Para mí es un asunto fundamental hasta que se firma el contrato. Después se acaba el tema del dinero y lo único que me importa es pelear de tal manera que nunca pueda sentir vergüenza de mí mismo
General, con mi guita y su pinta, sabe las cosas que podríamos hacer juntos (al entonces Presidente Alejandro Lanusse).
El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política
La Nueva frontera está ante nosotros, lo queramos o no: áreas todavía no exploradas de la ciencia y del espacio; problemas no resueltos de la paz y la guerra; restos inconquistados de ignorancia y prejuicios; cuestiones no solucionadas de pobreza y excedentes.
La revolución es una obra política. Es una realización concreta. Lejos de las muchedumbres que la hacen, nadie puede servirla eficaz y válidamente. La labor revolucionaria no puede ser aislada, individual, dispersa. Los intelectuales de verdadera filiación revolucionaria no tienen más remedio que aceptar un puesto en una acción colectiva.
Nunca me ha preocupado mucho la cuestión de los géneros. Lo mío es la narración, y trato de llegar a una extensión que permita hacer un libro, eso es todo. No me gusta que haya más de una historia en un libro, no sé bien por qué. Mis historias se han ido haciendo más breves con el tiempo. (...) No entiendo qué tiene de malo un libro de pocas páginas. Como lector, son mis favoritos.
La extensión y oscuridad de aquellos altos muros despertaron imágenes terroríficas en su mente, y casi esperaba ver a un grupo de bandidos asomando entre los árboles.
Desde ahora, más que antes, la lucha se empeña con una divisoria que separa los dos campos: revolución y contrarrevolución. Esto lo dice ABC, y no le falta razón. Una unión tan amplia, por nuestra parte, nos dará el triunfo seguro. Y, los mismos fascistas lo dicen, no hay más que dos frentes: Fascismo y Antifascismo, Revolución o Contrarrevolución.
La línea divisoria entre México y Estados Unidos se fijará junto a la boca de mis cañones.
El comunismo debe ser la idea directriz de todo el Movimiento.