Ser adorado es una lata, las mujeres nos tratan exactamente como la humanidad trata a sus Dioses. Nos adoran y están siempre molestándonos con alguna petición.
He aquí que desde que el ser humano abandono su cueva y conoció a individuos con distinto idioma, ideología y distinta forma de ver las cosas; la humanidad sólo ha tenido un sueño: acabar con ellos para no tener que aprender su idioma ni su manera de ver las cosas