Para hacer cosas dignas de alabanza una de las condiciones más necesarias es no temer la censura.
Me ha ocurrido que cuando la alabanza inglesa absorbía mi personalidad, alejándome de los vínculos espirituales que me ligan a la patria, he abandonado Londres más que de prisa, para ir a España. ¡No, no!; antes que nada, ¡soy español!
Mi gloria es vivir tan libre, como el pájaro del cielo, no hago nido en este suelo, ande hay tanto quen sufrir; y naides me ha de seguir cuando yo remuento el vuelo.
Entre la estima y el desprecio hay, en literatura, un intervalo y un camino bordeado de éxito sin gloria que se obtiene también sin mérito.