Si Dios deseaba que todo indio del Transvaal quedase reducido al estado de mendigo antes que obedecer una ley degradante, ¡entonces que así fuese!. (31 de julio de 1907, acto en el exterior de la mezquita de Pretoria).
No cabía duda de que era bueno que este mundo exterior existiese, aunque sólo le sirviera de lugar de refugio.
En ciertas mentes, la defensa del espíritu humano se identificaba francamente con la defensa de una nación en particular, concebida como la morada de todo el conocimiento. En otras, la injusticia social despertaba una fidelidad proletaria militante, la cual, si bien era cosmopolita en esencia, contaminaba con pasiones sectarias por igual a sus adalides y a sus enemigos.
La debilidad clásica, casi congénita, de la conciencia nacional de los países subdesarrollados no es sólo la consecuencia de la mutilación del hombre colonizado por el régimen colonial. Es también el resultado de la pereza de la burguesía nacional, de su limitación, de la formación profundamente cosmopolita de su espíritu.