Educar no es solo impartir conocimientos. Educar es también forjar caracteres nobles, rectos y con fuertes principios, en los que no cabe la vulgaridad, la superficialidad y la arrogancia. Modificar lo que debemos hacer, por temor a que sea contraproducente o a una respuesta exagerada, significa renunciar a nuestro cometido.
El silencio forja el sentido. Y lo estamos abandonando a cambio de una superficialidad banal e insulsa. Ruido a todas horas en todas partes para no tener que pensar
La más alta conquista exige una derrota definitiva; la plenitud de la vida, una oquedad de muerte; el goce, sequedad; la sapiencia, insipiencia; la palabra, silencio; la solidaridad, soledad; la acción, contemplación. Paradoja del compás de dos puntas, que describe su círculo perfecto porque permanece quieto en su centro.
No hay que juzgar siempre de la generalidad de la opinión por el ruido de la aclamación.
La finalidad de una moneda es, ante todo, facilitar las operaciones comerciales, y, para cumplir esta finalidad, necesita estar definida con toda claridad y ser aceptada por la generalidad de las gentes.