En medio de la insoportable algarabía del mundo el estilo literario más profundo es el silencio.
El ceder ante uno más fuerte es conseguir el segundo puesto del valor; la victoria insoportable es la que logra uno más débil [que tú.
La moda es una forma de fealdad tan intolerable que tiene que ser cambiada cada seis meses.
Hitler era nuestro soberano. Hubiera sido intolerable para mí verle ante un tribunal extranjero. Todos ustedes conocieron al Führer. Hubiera sido el primero en levantarse y decir Yo dí las ordenes, y por lo tanto asumo toda responsabilidad. Pero preferiría morir diez veces antes que ver al soberano de Alemania sujeto a tal humillación.
Sustituir el amor propio por el amor a los demás es cambiar un tirano insufrible por un buen amigo
Sustituir el amor propio con el amor de los demás, es cambiar un insufrible tirano por un buen amigo.
Es menos desagradable ver mendigar un pobre que un rico. Y un cartelón de propaganda es un rico que mendiga.
La sátira es desagradable a aquellos que la merecen.
El público es más inteligente de lo que él mismo cree, pero no hay que decírselo, porque si no se vuelve aún más impertinente de lo que es de por sí.
El mundo exterior es el fastidioso fenómeno concomitante de una situación incómoda.
Incluso este París fastidioso y enfermo parece acoger a los jóvenes soles, y como con un inmenso abrazo tiende los mil brazos de sus tejados colorados.
Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.
Así el Amor es más intratable y más tirano para los corazones rebeldes que con aquellos que reconocen su imperio
Nada es tan insoportable para el hombre como estar en pleno reposo, sin quehaceres, sin distracciones, sin aplicación, sin pasiones. Le domina entonces una sensación de vacío, de impotencia, y cae en la melancolía y el aburrimiento.
El ceder ante uno más fuerte es conseguir el segundo puesto del valor; la victoria insoportable es la que logra uno más débil [que tú.
Sustituir el amor propio con el amor de los demás, es cambiar un insufrible tirano por un buen amigo.
Calificando la política republicana de izquierdas: política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta; en sus diarios, una y otra vez, trata a los políticos que le rodean de obtusos, loquinarios, botarates, gente impresionable, ligera, sentimental y de poca chaveta, insufrible por su inepcia, injusticia, mezquindad o tontería.
La moda es una forma de fealdad tan intolerable que es necesario cambiarla cada seis meses
Yo viviría en Sevilla si quitaran la plaza de toros. Hemingway me engañó cuando decía que era una muerte limpia. Es un intolerable castigo.
Una verdad a la que no se da crédito nos hiere mucho más que una mentira. Requiere un gran valor respaldar una verdad inaceptable para nuestra época; conlleva siempre un castigo, que suele ser la crucifixión.
Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable
Ningún artista tiene simpatías éticas. Una simpatía ética en un artista constituye un amaneramiento imperdonable de estilo.
Es imperdonable que los científicos torturen animales; que hagan sus experimentos con periodistas y políticos.
Vivir en ti es vivir, viva pasión, y la vida sin ti no es mi tormento, sino injustificable y vano intento, imposible, imposible abdicación.
La moda es una forma de fealdad tan intolerable que es necesario cambiarla cada seis meses
La moda es una forma de fealdad tan intolerable que tiene que ser cambiada cada seis meses.
Es un chocante liberalismo el que quiere todo para sí y nada para los otros. Tal sucede con los testamentos civilizados: dan todo a la familia como si no hubiera otras clases dignas de liberalismo.
La pobreza material es más insostenible cuando además hay pobreza en el saber y en el espíritu.
¿Cómo es posible, que tanta belleza oculte un corazón duro y lacerado? ¿Por qué le amo, por qué me apoyo, cansado, en su irresistible e indómita fortaleza? ¿Acaso no es el espíritu marchito y fúnebre de un hombre muerto vestido con la ropa de un niño?
No puedes ignorar que tus padres eran por desgracia esclavos de la más burda superstición. Cuando operaba este defecto, todos sus otros sentimientos, todas sus demás pasiones, cedían ante la irresistible fuerza de aquella influencia.
¡Vivan los obreros, soldados y campesinos rusos! ¡Viva la revolución del proletariado francés, inglés, norteamericano! ¡Viva la liberación de los trabajadores de todos los países del abismo infernal de la guerra, la explotación y la esclavitud!
¿Para qué hemos de vivir, siempre tristes, mendigos y esclavos? ¿Para qué vivimos, Bayaceto, y para qué construimos antes nidos tan altos, si hemos de vivir largamente en esta opresión donde todos nos ven y escarnecen los antiguos triunfos de nuestro poder, ahora reducidos a esta obscura e infernal servidumbre?
Un hombre inútil es gravoso al estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de ellos se saca.