Toda la noche allí en mi pecho hubo quien jadeaba de desesperación, quien se levantaba, quien te deseaba y sus dos manos frías volvía a rechazar
Las perversiones parecen rechazar el completo esclavizamiento del ego del placer por el ego de la realidad. Exigiendo libertad instintiva en un mundo de represión, a menudo están caracterizadas por un fuerte repudio de ese sentimiento de culpa que acompaña a la represión sexual.