Estaba completamente exaltado, como el hombre que ve y que camina sin hacer ningún ruido, en una ciudad de ciegos. Me entraron ganas de bromear, de asustar a la gente, de darle una palmada en la espalda a algún tipo, de tirarle el sombrero a alguien, de aprovecharme de mi extraordinaria ventaja.
... hay igual o mayor bravura en dominarse a sí mismo que en asustar o agraviar al prójimo...
La bomba atómica tiene por objeto atemorizar a los débiles, pero no puede decidir la suerte de una guerra
La conciencia no es más que una palabra que emplean los cobardes para atemorizar a los valientes.
Pero el hombre no es independiente, porque el movimiento comience en él, sino porque puede inhibir el movimiento. Rompe, pues, su propia espontaneidad y naturalidad.
Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito.
Existe un límite a la fuerza que ni siquiera los más poderosos pueden aplicar sin destruirse a sí mismos. Juzgar este límite es el auténtico arte de gobernar. Usar mal este poder es un pecado fatal. La ley no puede ser un instrumento de venganza, nunca un rehén, no una fortificación contra los mártires que ha creado. Uno no puede amenazar a una individualidad y escapar de las consecuencias.
Es mas maduro simular afecto que amenazar con un revolver sin balas.
Nadie puede aterrorizar a toda una nación, a menos que todos nosotros seamos sus cómplices.
La religión debería servir más para dar ánimos a los buenos que para aterrorizar a los malos.
Si usted no tiene la fuerza para imponer sus propios términos a la vida, usted debe aceptar los términos que ella le ofrece.
Debemos luchar contra el espíritu inconsciente de crueldad con que tratamos a los animales. Los animales sufren tanto como nosotros. La verdadera humanidad no nos permite imponer tal sufrimiento en ellos. Es nuestro deber hacer que el mundo entero lo reconozca. Hasta que extendamos nuestro círculo de compasión a todos los seres vivos, la humanidad no hallará la paz.
Y esto no es todo, amiga mía: nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo tienen exigencias generalmente contradictorias; creo difícil unir satisfacciones tan diversas sin envilecer a unas y sin desanimar otras, así que he disociado el amor.