Un caballero debe ser cortés y nunca agresivo, próximo, pero jamás atrevido; matar pero nunca humillar; ningún signo de deshonestidad puede ser encontrado en su morada; su alimentación nunca es pesada; incluso el menor error es corregido, pero sin acusación. Así es la fuerza de la voluntad.
La historia y las críticas literarias están tan llenas de jactancia y deshonestidad como la historia en general.
Y aunque aceptar la protección de los poderosos a menudo significa también atraerse conflictos, ella jamás cometía el menor desliz de esa clase, pues no permitía que nadie a su servicio hiciera nada que pudiera disgustar a otros.
Te permito cualquier desliz absurdo, la humillación, los morbos, las manías, que te gusten las chicas del anuncio de medias, o que quieras ser mi amante después de haber dejado de quererme. Yo lo soportaría todo, excepto la ingratitud que nace del olvido.
Considero la pobreza como algo obsceno. Y creo que la teoría de que el mercado libre se encargará de todo es un absurdo y una obscenidad más. El llamado mercado libre de lo que se preocupa es de enriquecer a las corporaciones más poderosas. Creo que la última tendencia del mercado libre es que los pobres sean aún más pobres.
La obscenidad reinará en el mundo desde el 60
Una taberna es un lugar en donde la locura es vendida en botella.
Amad pues la Razón: tan sólo en ella han de buscar vuestros escritos su brillo y su valor. La mayoría de los escritores se deja arrastrar por un ardor insensato a buscar sus ideas lejos del sentido común. ¿Creerán tal vez rebajarse en sus versos monstruosos, si pensasen lo que otro ya pensó? Evitemos estos excesos y dejemos para Italia la deslumbrante locura de las falsas pedrerías