Cuando miro las viviendas desalquiladas de Asunción –ya que muchas familias no aguantan más y huyen al campo- pienso en la tierra. ¡Bendita crisis descentralizadora! ¡Caballeros elegantes y tronados, id a rascar la tierra fecunda! ¡Señoras empolvadas, no contempléis más tiempo los figurines de Buenos Aires; id a criar gallinas! La tierra nos salvará, la tierra en que retoñan las razas.
-LA obstinación en vegetar cobardemente debería inspirar a la sociedad un desprecio profundo.
El gobierno antiguo nos había condenado a vegetar en la oscuridad y abatimiento, pero como la naturaleza nos ha criado para grandes cosas, hemos empezado a obrarlas, limpiando el terreno de tanto mandón ignorante.